viernes, 21 de febrero de 2014

Rincones de la memoria de Marzauán 1 (1997)


Esto de ir hacia atrás complica lo de querer contar de donde viene lo que en ese momento muestras. Pero se intenta.
Desde 1987 los lienzos se me llenaron de imágenes en algo que llamé una ensalada. Eso dio paso a una atmósfera y, por fin, la pared se convirtió en la ensaladera, el soporte de esa atmósfera.
En 1996 escribía lo siguiente:

En los últimos años he dejado de usar el lienzo como ensaladera y he utilizado el muro (la pared del estudio, de una sala de exposiciones…) para esta función. Anteriormente un solo cuadro explicaba la idea. Ahora todos los cuadros juntos expresan esa idea de barullo, mezcla, diversidad, pero cada uno expresa, también, su idea. Por eso cada cuadro es una obra en sí misma y el conjunto otra obra distinta y el grupo de conjuntos otra. Ya sabes, como en el Universo, que todo vibra al unísono con lo que está a su alrededor.
Y lo que pinto son imágenes fotográficas seleccionadas para coleccionarlas, que luego he elegido de nuevo de entre lo que hay en el archivo. Consciencia, casualidad, inspiración, momento personal… No hay explicación rotunda de por qué una y no otra.
El origen es diverso: fotos realizadas a propósito por si alguna vez sirven, fotos de mi álbum familiar, fotos de libros variados, de revistas, de periódicos, de calendarios, de tarjetas postales, del álbum familiar de este o ese amigo, fotos/arte de amigos, de fotógrafos famosos, de reportaje, reproducciones de obras maestras de la pintura/escultura/arquitectura…
Sigo pensando que puede ser un viaje por la memoria. Quizá por los rincones de la memoria de Marzauán, aquel sabio viajero de Las mil y una noches, mensajero del amor, que yo mismo recreé en un cuento breve y que me acompaña desde entonces.
Suelen gustar las referencias. A veces he dicho, abreviando, que soy nieto del pop. Prefiero recordar a algunos artistas (descubiertos/redescubiertos) que me sorprenden positivamente. El gran Paul Klee. Luis Gordillo y sus abstracciones frescas, sugerentes. El artificio de Andy Warhol. La cercanía de Gerhard Richter. Y mi última fascinación, de la mano de Paul Auster el canalla, Sophie Calle, espía, voyeur, detective, ladrona de huellas y sombras ajenas y destinos de otros, a la que llaman fotógrafa y artista.
Por supuesto que me sigue pareciendo bueno pintar, el rito de pintar; creo que es una hermosa época para pintar. Si no fuese así utilizaría técnicas menos antiguas. Mas sigue teniendo para mí algo de mágico, como acariciar un cuerpo en la oscuridad, o darle una orden al subconsciente.


En el penúltimo párrafo digo que soy nieto del pop, y es que me gustaban mucho los postpop españoles que lo eran en las formas, que no en el contenido que, en este caso, era muy social y hablaba con ironía del nacionalcatolicismo. También hablo de algunos artistas y lo hago por diversos motivos: su actitud, su personaje, su pensamiento o su falta de él, etc., más que por su obra en concreto. Por ejemplo, tanto Warhol como Beuys me llaman la atención como personajes más que por sus obras, de Richter me admira su libertad, etc.

Incluyo tres fotos del estudio en el que hay obras en proceso. A mí me resulta curioso verlo, así que lo comparto con vosotros.




 Óleo sobre cuatro lienzos. 120x120cm.




















 Beverly. Óleo sobre tres lienzos de 40x40cm. 140x40cm.


Bruto (después de Eadweard Muybridge). Óleo sobre tres lienzos de 40x40cm. + plato de pulpo.


 La chica de las gafas. Óleo sobre tres lienzos de 40x40cm. + plato de pulpo


Enamorado de la luna. Tres lienzos de 40x40cm. + plato serigrafiado industrialmente y pintado


 I'm ok-You're ok . Óleo sobre tablero encontrado. 154x117cm.